Los trabajos han comenzado por la "fosa de los navarros", un lugar llamado así por la gente de la comarca desde que, a mediados de agosto de 1936, un grupo de presos procedentes de Pamplona fueran asesinados por falangistas y enterrados en el monte de la Orbada.
Los arqueólogos han encontrado, a muy poca profundidad, varios huesos de manos y pies humanos, fragmentos de costillas y de una mandíbula, así como una cremallera de mono de trabajo, un cartucho de bala de pistola y otros pequeños objetos.
Falta todavía muchísimo por hacer, pero todo apunta a que la tradición oral no se ha equivocado y en ese punto hay, en efecto, varias personas enterradas desde agosto de 1936.
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